domingo, 19 de diciembre de 2010

Arquitectura Madrileña,

Metropolis

El Edificio Metrópolis es un famoso inmueble madrileño,que forma parte del conjunto de íconos arquitectónicos de la ciudad, de inspiración francesa, situado en la esquina de la calle de Alcalá con la Gran Vía. Inaugurado el 21 de enero de 1911, fue adjudicado por concurso y diseñado por los arquitectos franceses Jules y Raymond Février para la compañía de seguros La Unión y el Fénix. La obra final la llevó a cabo el español Luis Esteve Fernández-Caballero , que la terminó en 1910.

Sobre la austera planta baja, las plantas superiores, en estilo neorrenacimiento, están adornadas con columnas corintias y entablamentos que sirven de pedestal a estatuas alegóricas del Comercio, la Agricultura, la Industria y la Minería de los escultores Mariano Benlliure, Paul Landowski y De Lambert.

La torre circular está coronada por una cúpula de pizarra con incrustaciones doradas, que por su semejanza con el casco de los bomberos se denomina "estilo Pompier" (bombero en francés). Originariamente, soportaba el símbolo de la compañía, una estatua alegórica de bronce del Fénix sobre el cual había una figura humana con el brazo alzado representando a Ganímedes, realizada por el escultor René de Saint-Marceaux.

A principios de los setenta, la compañía vendió el edificio a sus dueños actuales, la aseguradora «Metrópolis». Los nuevos propietarios decidieron llevarse la estatua (por entonces elemento familiar del paisaje madrileño) a su edificio en el Paseo de la Castellana. Finalmente, la estatua fue reemplazada por otra que representa la Victoria Alada, de Federico Coullaut Valera; el Fénix original se encuentra ahora en el moderno Edificio La Unión y el Fénix Español.

INVISIBLES



Invisibles a nuestros ojos que no ven mas allá de nuestras necesidades. Están en algunas de las principales vías de nuestra ciudad, y muchas veces nos avergonzamos al pasar por su lado y no queremos ni mirar, como si sintiéramos miedo de la imagen que nos muestran, porque sabemos que entre ellos y nosotros sólo hay un paso, que cualquiera puede amanecer en su situación.



Pero no queremos verlos y nos avergüenza que nos vean junto a ellos, no recapacitamos en que su vergüenza es mucho mayor que la nuestra puesto que ellos no pidieron quedarse en esa situación.